MANIFIESTO

  PRINCIPIOS IDEOLÓGICOS PARA UNA DEMOCRACIA CRISTIANA DEL SIGLO XXI

Vivimos en una sociedad llena de retos y desafíos, conflictos armados y escepticismo en torno a institución articuladas con el fin de construir la paz en el mundo.
El imparable ascenso de los nacionalismo y del populismo, tanto de signo comunista como derechista, nos obliga moralmente a renovar las formas y el discurso del socialcristianismo cómo alternativa moderada y centrista de la Europa contemporánea y en el mundo.
La Democracia Cristiana como el Liberalismo y el Socialismo es hija de su tiempo y de los avatares históricos que la configuraron y como tal sufre de los defectos de comunicación que la hicieron transmisible y socialmente aceptable ayer, pero que la bloquean y la enclaustran en el hoy y en el mañana. Los democristianos asumimos un compromiso firme de hacernos escuchar como la gran alternativa social, moderada y de progreso que a Europa contemporánea precisa para seguir creciendo en libertad.

1. Nuestros posicionamientos sociales.

El socialcristianismo europeo debe hacer valer el valor fundamental de su discurso político el hombre lo ser humano cómo un todo en su conjunto. El ser humano como centro y dedicación exclusivo de la acción política. Todas las acción políticas de la democracia cristiana deben ir encaminadas a fortalecer los derechos humanos y la integridad de los individuos. Esto nos lleva inevitablemente a una afirmación del derecho la vida desde la concepción, hasta la muerte, siendo este un principio inalienable ni sometible la modas parciales y temporales, que dificultan el discurso humanista en la Europa contemporánea. El derecho a vida, es un derecho insometible las decisión humanas, en cualquier circunstancia. Todo ser humano, posée este derecho, y como tal se encuentra incapacitado para disputárselo a otro ser humano.
Esta afirmación levanos también a afirmar el concepto de ser humano, par a Democracia Cristiana uno ser humano es tal, desde que es concebido, es decir desde que tiene la capacidad de convertirse en un sujeto con plenitud de derechos y libertades, esto los llevan la una afirmación decido del derecho la vida del nascitirus.
El aborto no deja de ser un acto de autodecisión, fruto de los intereses personales de quien decide proceder a abortar, sin tener voluntad alguna el abortado de sufrir tal intervención sobre su vida. Podríamos llegar a contemplar la interrupción voluntaria del estado de gracia, en caso de violación dentro del periodo más breve posible, y en caso de que la vida de la madre esté decididamente comprometida, bajo opinión facultativa.
Entendemos pues el derecho a vida como un bien inalienábel e indisponible, por otro sujeto  o por el mismo Estado, que carece de potestad para facultar a nadie la disponer de la vida de un semejante.
Por esta razón a Democracia Cristiana debe apostar firmemente por proteger jurídicamente los derechos del no nato, pero también por proteger los derechos de los facultativos que conforme su voluntad se quieren negar a practicar un aborto dentro de este sistema jurídico garantista con aquellas personas que se creen facultadas para decidir sobre la vida de quien no puede decidir.
Asimismo el socialcristianismo acredita en la familia cristiana cómo nucleo natural para la formación de los individuos en valores. Apostamos por dotar de derechos las familias, que son el sustento productivo del país. Apostar decididamente por incentivos a natalidad y subsidios las familias numerosas. Hacerles la vida más fácil a los nuevos padres que se aventuran en el camino de la paternidad y de la maternidad. Acreditamos en la familia cristiana pues entendemos que es el núcleo natural de formación en valores sociales, aportando padre y madre valores distintos e indisponibles en la formación de los más jóvenes. Creemos en la familia cristiana, como espacio natural para la corrección de los problemas de natalidad y el rejuvenecimiento de nuestra sociedad. Como democristianos acreditamos firmemente en la igualdad de todos los individuos, allén de su condición sexual, sin embargo entendemos que el concepto matrimonio deriva de la tradición canónica y jurídica occidental como el término que define la unión de un hombre con una mujer. Pensamos que se debe igualar en derechos civiles a los matrimonios heterosexuales y las uniones homosexuales, excluyendo los supuestos de adopción. Pues entendemos como cristianos que el núcleo natural para la formación de un menor es la familia cristiana.
Entendemos que nuestra posición es coherente con nuestros posicionamientos, y por lo tanto tan válidos como quienes definen los contrarios como válidos. Entendemos que defender la familia cristiana se ha convertidó en un tabú y en una asociación inmediata la posturas de la derecha integrista, cuando simplemente se trata de una defensa coherente de una posición social cristiana. Y por lo tanto tan válida como las demás que se deseen defender.
Los democristianos acreditamos en la igualdad entre sexos, siempre y cuando se mantengan las peculiaridades y diferencias que definen la cada sexo como hombre y mujer, iguales en derechos y distintos en características.
Creemos en la significación de la mujer, madre y trabajadora, defendemos medidas laborales flexibles para que la mujer se pueda realizar plenamente como profesional y también como madre si libremente lo decidiera. Creemos firmemente en la igualdad, y lucharemos en nuestra acción social por conseguirla. Defendemos un endurecimiento de los procedimientos penitenciarios para la violencia de género que tantos años nos arrebata la vida de muchas mujeres en nuestro país. Se deben ofrecer garantías de seguridad para las mujeres y sus hijos, en el caso de tenerlos, para protegerlas frente al maltrato y la persecución por violencia de género. Pensamos que esta lacra nos repercute a todos, y es un compromiso social de toda la sociedad denunciar este mal.

2. Posicionamientos económicos.

Los democristianos creemos en la economía el servicio del hombre, y no del hombre el servicio de la economía. Apostamos decididamente por la economía social de mercado, pues entendemos que el sistema de mercado genera más riqueza y prosperidad que cualquier otro, y como tal también creemos que el sistema de mercado precisa de ciertas correcciones que corrijan las desviaciones que producen uno menoscabo notable en el nivel de vida de las clases medias y trabajadoras. Somos defensores del obvio y como tal, entendemos que la humanidad nunca conoció tales cuotas de bienestar como las que hoy conoce, no somos pesimistas ni destructivos como el socialismo, pues entendemos que el sistema y la reforma son el camino para conseguir las mejoras en el nivel de vida de los individuos y de las familias y no a rotura y el conflicto de clases.
Los democristianos acreditamos firmemente en una fiscalidad a baja, con unos impuestos el más bajos posibles,pero que a coro permitan mantener un razonable estado de bienestar, entiéndase un sistema sanitario público de calidad, un sistema educativo público eficiente y una seguridad social razonable que permita mantener una cierta dignidad social acorde a los tiempos en los que vivimos. Nuestra máxima podría ser, tan pocos impuestos como sea posible, tantos impuestos como sean necesarios.

Creemos en las medidas laboráis que incentivan la contratación y la generación de empleo, siempre y cuando no menoscaben los justos y legítimos derechos del trabajador. Acreditamos en la negociación bilateral a hora de llegar a consensos entre la patronal y los empleados. Apostamos decididamente por la negociación sindical , siendo la huelga el últimísimo recurso para influir a favor de los derechos laboráis de los trabajadores.
Los socialcristianoss acreditamos en el papel de los sindicatos, aunque pensamos que para estos actuar en libertad e igualdad, no deberían de disfrutar del favor económico del que hoy disfrutan de parte del Estado, y que produce un monopolio sindical, de los sindicatos marxistas, en menoscabo de los sindicatos obreros socialcristianos e independientes?

Como socialcristiáns acreditamos en el valor del trabajo y del trabajador, como ya dejó claro el Papa León XIII, en la carta encíclica Rerum Novarum.

"Y éstos, los deber de los ricos y patronos: en el considerar la los obreros como esclavos; respetar en ellos, como eres justo, lana dignidad de lana persona, sobre todo ennoblecida por lo que si llama él carácter cristiano. Que los trabajos remunerados, sí se atiende la lana naturaleza y la lana filosofa cristiana, en el son vergonzosos para él hombre, sino de mucha honra, en cuanto dan honesta posibilidad de ganarse lana venida". (S.S. León XIII, Rerum Novarum)

Asimismo como socialcristinos acreditamos en el valor de la negociación y la búsqueda del acuerdo en la consecución de los derechos laboráis, y no en la confrontación que incentiva el socialismo con su discurso de clases.

"Para solucionar este mal, los socialistas, atizando él odio de los indigentes contra los ricos, tratan de acabar con lana propiedad privada de los bienes, estimando mejor que, en su lugar, todos los bienes sean comunes y administrados por lanas personas que rigen él municipio el gobiernan lana nación". (S.S. León XIII, Rerum Novarum)

Acreditamos asimismo en la propiedad justa y lícita del que dignamente y por medios legales adquiere algún bien o derecho. Pues el fruto del trabajo no puede ser más que lo disfrute del capital, fruto del trabajo. Y este fin no se puede conquerir en un sistema que defiende la disposición por parte del Estado, de los bienes de capital que el trabajador adquiere como fruto de su trabajo.
Esta idea de dirigismo estatista, no hace más que incentivar la miseria y la pobreza que xeneran sistemas como el socialismo para las familias. Buen ejemplo es Cuba, a África comunista o los últimos Estados que siguen bajo el yugo del régimen socialista.

"Luego los socialistas empeoran lana situación de los obreros todos, en cuanto tratan de transferir los bienes de los particulares a lana comunidad, puesto que, privándolos de lana libertad de colocar sus beneficios, con ello mismo los despojan de lana esperanza y de lana facultad de aumentar los bienes familiares y de procurarse utilidades". (S.S. León XIII, Rerum Novarum)

"Con él propósito de esclarecer él conflicto que se había creado entre capital y trabajo, León XIII defendía los derechos fundamentales de los trabajadores. De ahí que lana clave de lectura de él texto leoniano sea lana dignidad de él trabajador en cuanto tal y, por esto mismo, lana dignidad de él trabajo, definido como lana actividad ordenada a proveer la lanas necesidades de lana venida, y en concreto a su conservación»12. Él Pontífice califica él trabajo como «personal», ya que «lana fuerza activa eres inherente a lana persona y totalmente propia de quien lana desarrolla y en cuyo beneficio ha sido dada»13. Él trabajo pertenece, por tanto, la lana vocación de toda persona; eres más, él hombre se expresa y se realiza mediante su actividad laboral. Al mismo tiempo, él trabajo tiene una dimensión social, por su íntima relación bien sea con lana familia, bien sea con él bien común, «porque se puede afirmar con verdad que él trabajo de los obreros eres él que produce lana riqueza de los Estados»14. Todo esto ha quedado recogido y desarrollado en mi encíclica Laborem exercens 15".  (Juan Pablo II, Centessimus Annus)

No obstante los democristianos no acreditamos ni defendemos el sistema capitalista, sin más límites que las leyes de oferta y demanda, pues a pesar del positivo de estas tesis económicas, lo ser humano es una realidad mucho más compleja, que sufre en sus propias carnes los caprichos del sistema económico moderno. Cuando el papa León XIII formuló a Rerum Novarum, el mundo se encontraba en el albor de la nueva propiedad que se concentraba en manos de unos pocos y que los empoderaba para libredisponer del trabajo y de las vidas de los individuos que para ellos trabajaban. Sin más límite que lo que había deseado el contratante, pues disponía libremente de la situación laboral del empleado, pudiendo lo suspendes de sueldo y trabajo cuando quisiere.
Cierto es que las medidas laboráis modernas, articuladas en los estados de derecho facilitan enormemente la situación digna del trabajador, es por esto mismo que acreditamos firmemente en las medidas laboráis destinadas la había protegido quien trabaja, siempre que estas medidas no supongan un medio de chantaje con el cual el trabajador pueda mantener su sustento sin trabajar o mismo rechazando las posibilidades del trabajo. Los democristianos defendemos a los trabajadores y a los que dan trabajo y como tanto situamos el trabajo como bien supremo en esta pirámide de valores, sin trabajo, pues no puede haber derechos.

"Él trabajo se convertía de este modo en mercancía, que podía comprarse y venderse libremente en él comprado y cuyo precio era regulado por lana ley de lana oferta y lana demanda, sin tener en cuenta él mínimo vital necesario para él sustento de lana persona y de su familia. Además, él trabajador ni siquiera tenía lana seguridad de llegar a vender lana «propia mercancía», al estar continuamente amenazado por él desempleo, él cual, la falta de previsión social, significaba él espectro de lana muerte por hambre". (Juan Pablo II, Centessimus Annus)

El socialcristianismo, como ideología de esencia europeísta cree en el libretecomercio, y en la moneda única europea, pues ayuda la apertura de las nación de Europa al mundo, y a su desarrollo social. También creemos en la solidaridad y en la cooperación interterritorial entre las euroregiones más desenvueltas y las menos desnvoltas. Creemos en europa como espacio de oportunidades de cerecemiento y de acuerdos.
También acreditamos en la descentralización fiscal, para aquellos territorios que sea viable a descentralización. Parece razonable que los individuos puedan tributar sus impuestos en el ámbito territorial en el que viven, siempre manteniendo la solidaridad, como premisa de desarrollo interterritorial.



3. Nuestras propuestas políticas

Los democristianos como muy bien define el adjetivo que nos define somos demócratas inspirados por el discurso social del cristianismo, en el caso europeo, y latinoamericano firmemente influidos por la conocida como Doctrina Social de la Iglesia, y específicamente por la obra epistolar de los papas contemporáneos, a partir de León XIII, y su trascendental Rerum Novarum, en la que hace una defensa desde la visión cristiana de los derechos y de los deber de los trabajadores.
Igualmente otros textos trascendentais fueron la encíclica Quatragesimun Annus, en la que el Papa Pío XI, reflexiona y actualiza las solución para lo conflicto obrero desde una perspectiva cristiana recuperando y reinterpretando los contenidos de la Rerum Novarum. Otras cartas encíclicas trascendentales para nuestro pensamiento son la Populorum Progressio y la Humanae Vita de Paulo VI, o la Centesimus Annus de Juan Pablo II. En el pael pacifista y europeísta del socialcristianismo, ejerce un trascendental papel a Pacem in Terris de Juan XXIII, en la que el Papa bueno, hace una defensa asertiva de la negociación y de la diplomacia como vía para evitar conflictor armados, en un mundo dividido por el socialismo y el capitalismo.
Nuestro pensamiento está fuertemente vinculado la filosofía cristiana, pero los resultados y la oferta de su acción no se circunscriben a los hombres de fe católica, pues entendemos que los valores cristianos, son valores universales, como ya había Dicho Jacques de Maritain, ?El cristianismo le enseñó la humanidad que el amor valle más que la inteligencia?, y por eso mismo que afirmamos nuestro fondo carácter social como ideología social preocupada por los que peor lo pasan y por las clases sociales marginadas, y las nuestra propuestas vano dirigidas la estas clases sociales menoscabadas por los sitemas políticos no humanistas como son el capitalismo y el socialismo.
De esta afirmación parte nuestra defensa férrea del sistema democrático que a pesar de no ser perfecto es el único capaz de integrar a todos los individuos de un modo mas o menos directo en el gobernó de la sociedad, como lo definirá Manuel Mounier "La democracia eres lana búsqueda de una forma de gobierno que si base en lana espontaneidad de lanas masas, para garantizar lana participación de los individuos en él orden objetivo de poder.?
Asimismo como demócratas defendemos la descentralización y acercamiento del poder político al ciudadano, en aquellos asuntos que lo afectan más frecuentemente, como la sanidad o la asistencia social? Los democristianos somos personas tremendamente comprometidas con la historia y con la cultura es por lo tanto que defendemos la dignificación de las culturas y tradiciones regional, de las lenguas, del folclore y de los usos de cada pueblo. Sin caer en la exageración o exaltación chauvinista que acaba dando en un nacionalismo exclullente, que suelo va en menoscabo de la nación, del estado y de Europa.
Los democristianos entendemos Europa como uno todo y como tal, no hacemos distinciones a hora de entender a los pueblos de Europa, en cuanto a derechos, no obstante como europeístas también defendemos y proclamamos el derecho al autogobierno de las regiones y nación que forman europa, apostando por un federalismo europeo inclusivo que integre a Estados, Naciones y Regiones, dentro de un sistema de federación variable y ajustable al carácter de cada territorio, eso sí, igualdaos todos en derechos y deber para y con Europa. Nosotros los socialcristianos defendemos un Estado federal europeo, que integre los pueblos de Europa en una unidad frutífica y dotadora y capacidades y potencialidades en el continente y en el mundo, la cada ciudadano, familia, región, nación, estado y comunidad europeo.
Asimismo creemos en el sistema político como vía para dignificar y mejorar la situación social de la humanidad, sometida las acometidas y avatares del sistema de mercado. Creemos en la división de poder y en la justicia como método firme de defender los derechos de los individuos y de las familias. Acreditamos especialmente en la independencia del poder judicial, y en la profesionalidad de nuestros juristas como agentes de preservación del Estado de Derecho y del sistema garantista tanto jurídica, como políticamente hablando.
Creemos en la transparencia en la gestión de los recursos públicos pues entendemos que el ejercicio político es la gestión del que es de todos, y como tal el político debe reintegrara ese beneficio en la sociedad y no en sí mismo, reconocemos en la política un ejercicio vocacional y no lucrativo.

La democracia cristiana es la alternativa política del dialogo y del consenso, nadie que quiera hablar con un democristiano de medidas políticas encontrará barreras o dogmas insalvable, pues está en nuestra filosofía a búsqueda de consenso y la actitud dialogante.
La Democracia Cristiana tiene que ser hoy como siempre fue la fuerza del dialogo, en una política del brusco y agresivo.





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